Aqua, Lavandula Angustifolia Flower Water*, Phytosqualan, Olea Europaea (Olive) Oil*, Cetearyl Alcohol, Coco-Glucoside, Olea Europaea (Olive) Fruit Oil, Olea Europaea (Olive) Oil Unsaponifiables, Hydrogenated Vegetable Oil, Glyceryl Stearate, Glycine Soja (Soybean) Sterols, Beta-Sitosterol, Tocopherol, Pisum Sativum Extract, Glycerin, Macadamia Ternifolia Seed Oil*, Cetearyl Glucoside, Zea Mays Starch*, Citric Acid, Sodium Carbonate, Dehydroacetic Acid, Benzyl Alcohol, Ferula Galbaniflua Oil, Ricinus Communis Oil, Vanillin, Sodium Dehydroacetate, Xanthan Gum, Sodium Phytate. 99% de los ingredientes son de origen natural. (*) Procedente de cultivo orgánico.
ACEITE DE MACADAMIA: Es uno de los aceites considerados como ‘secos’ (sin sensación grasa) y NO comedogénicos, es decir, apto para las pieles más grasas o con acné. Suaviza, tonifica y calma la piel. Sus niveles en antioxidantes y vitamina E son tan altos que difumina las manchas y desvanece las marcas o cicatrices. Su potencial es la hidratación y la nutrición, alimenta la piel a base de ácidos grasos y vitaminas, evitando el envejecimiento y mejorando las condiciones cutáneas.
ACEITE DE MAÍZ: Aceite rico en antioxidantes, con un altísimo contenido en vitamina E, ayuda a nutrir e hidratar la piel, además de funcionar como antiinflamatorio. Ejerce un efecto tensor en los tejidos que minimiza arrugas y actúa sobre las líneas de expresión. En la formulación del producto cosmético aporta una textura muy agradable, más espesa y menos pegajosa.
ACEITE DE OLIVA: La hidratación es uno de sus principales beneficios, atrae la humedad y la conserva. Es excelente para frenar el envejecimiento, su aporte de vitaminas E y K, permiten conservar la elasticidad natural para que la piel luzca suave y colabora en la acción regenerativa: acelera los procesos de cicatrización y aclara las manchas producidas por antiguas heridas o por los efectos del sol.
FITOESCUALENO: Es un lípido que forma parte de la barrera hidrolípidica de la piel, que nos protege de las agresiones externas. Nuestro escualeno proviene de la parte insaponificable del aceite de oliva y presenta gran similitud con los lípidos de la piel. Reduce la oxidación de los mismos y nutre dejando una sensación suave y sedosa, penetrando sin dejar sensación grasa.
Apta para día y noche, aplícala después del serum realizando un suave masaje sobre el rostro.
1. Por la mañana, hidrátate en frio (acuérdate de meterla en tu nevera después de usarla por la noche) para revitalizar y activar la circulación sanguínea y tensar la piel. Esta práctica descongestiona el rostro, un efecto muy beneficioso que agradecerás nada más levantarte. Este truco es especialmente interesante con temperaturas altas.
Aplica también para el resto de cosméticos que usas en tu rutina de belleza diaria –tónico, sérum y contorno de ojos–.
2 Por la noche, regalate un automasaje facial de 2 minutos. Pon una pequeña cantidad de tu crema facial en frente, nariz, pómulos y barbilla y extiende con movimientos horizontales muy, muy suaves –sin apretar la piel– y lentos, siempre en dirección a las orejas. Alterna con movimientos ondulantes, lo que se llama efecto olas, o circulares. ¡Esos 2 minutos te vendrán de maravilla!