La lavanda no está en peligro

La lavanda no está en peligro

Nos habéis consultado por las noticias publicadas en diferentes medios sobre que la lavanda, uno de los principios activos de UANA Cosmética, pudiera prohibirse por su toxicidad. Pero ni la lavanda es tóxica, ni va a prohibirse y todo lo publicado es pura desinformación. Os aclaramos todas las dudas al respecto. Porque no, la lavanda no está en peligro y va a continuar siendo un ingrediente fundamental en la cosmética natural ecológica certificada.

“Una nueva normativa pone en peligro la lavanda, el perfume de La Alcarria: podría prohibirse su uso”, titulaba el periódico El Español.  Y así hasta una decena de medios de comunicación, en los que se afirmaba de la posible calificación de los aceites esenciales de lavanda como producto químico –y, por tanto, calificado, como “tóxico”– dentro de la nueva estrategia de Pacto Verde de la Unión Europea. Expresado así, efectivamente, la noticia alarma. Os contamos todo al detalle y desde el principio.

La normativa a la que se hace referencia en todas las publicaciones es el Pacto Verde dentro del cual se endurecerán todas las legislaciones sobre sustancias químicas que puedan dañar el aire, el agua, los suelos, afectando de forma directa o indirecta a la salud de los seres vivos (algo de aplaudir por todos los que apostamos por un planeta más sostenible). Y el “tóxico” del aceite esencial de lavanda –como el de otros aceites esenciales de otras 200 especies vegetales– que se cita en todos los artículos es el LINALOOL un terpeno que se encuentra en muchas plantas –en la lavanda, pero especialmente en los cítricos– que, según se ha corroborado ya en muchos estudios, puede resultar irritante y producir reacciones alérgicas.

El linalool, un perfume añadido

El linalool es muy apreciado en cosmética y perfumería. De hecho se utiliza hasta como ingrediente añadido de ambientadores y productos de limpieza, incluidos detergentes para la ropa. Precisamente porque aporta alta notas de aroma, se suele usar como un perfume añadido. Se produce de forma natural y en muy pequeña cantidad por la destilación de los aceites esenciales y de forma química o sintética, mediante síntesis a partir de alfa-pineno y beta-pineno, dos subproductos de la industria del papel. 

El linalool ya está categorizado en la clasificación europea de sustancias como un producto sensibilizante de categoría 1B, es decir, como alérgeno de muy baja toxicidad. De hecho, los estudios estiman que solo el 5% de la población padece dermatitis de tipo alérgico por el linalool, generalmente por contacto reiterado. Es decir, que el sistema inmunitario tarda cierto tiempo en generar respuesta y es al cabo ya de cierto tiempo –cuando la persona está totalmente sensibilizada–, que se produce la reacción alérgica. Es importante aclarar que estas reacciones se desencadenan independientemente de si el linalool es origen natural o químico, basta con que esté presente.

En la cosmética natural ecológica no existe el linalool como ingrediente

Se estima que el 35% de los cosméticos llevan linalool añadido –más del 95% si hablamos de perfumes y de desodorantes, dada su capacidad aromática y fragante, enmascaradora de olores– y debe de indicarse siempre su presencia en el INCI (precisamente para que sea detectado por las personas alérgicas). Sin embargo, y a diferencia de la cosmética convencional, en cosmética verdaderamente natural y ecológica como la de UANA Cosmética no existe el linalool como ingrediente. Solo aparece en pequeñísimas trazas inferiores al 0,001% como un componente más de los aceites esenciales o de los hidrolatos (que es el agua obtenida de la destilación resultante de la obtención de aceites). La prueba de ello, como siempre, es la certificación del producto: ECOCERT no admite el linalool como ingrediente.

Dicho esto, te preguntarás, y con razón, entonces ¿por qué se ha desatado tanta alarma? La respuesta es sencilla. Porque los aceites esenciales no están definidos aún dentro de la legislación cosmética y pueden estar compuestos de varias sustancias. Por norma general, únicamente contienen ingredientes vegetales, pero cabe también la posibilidad de que incluyan sustancias sintéticas en el método de extracción empleado para obtener el aceite esencial neto. Este problema no existe a nivel clínico, sin embargo. Cuando en medicina se usan aceites esenciales la norma es decir “a base de plantas”. El “a base de” evitar tener que diferenciar entre aceite esencial modificado o no, y además porque a nivel toxicológico no hay diferencia entre una molécula natural y otra sintética. Pero esta frontera no existe aún en los aceites esenciales para uso cosmético, salvo para aquellos usados en cosmética natural ecológica certificada.

No se podrá modificar el perfil químico del linalool de los aceites esenciales

La lavanda y su aceite esencial llevan siglos usándose y eso ya es un dato alentador a tener en cuenta. Y como componente bioquímico natural el linalool no es peligroso, al contrario, es un componente natural que ayuda a sintetizar las vitaminas A y E y tiene unas propiedades antiinflamatorias demostradas. El Pacto Verde prohibirá, si lo logra, el linalool sintético, determinará todos los parámetros variables que puedan alterar o modificar el perfil químico del linalool de los aceites esenciales y establecerá una legislación cosmética clara que garantice la calidad y seguridad del producto acabado. En definitiva, como ya hace la cosmética natural ecológica certificada. No hay que tener miedo, por tanto, por la lavanda.

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