Diferencias entre crema hidratante y leche corporal

Diferencias entre crema hidratante y leche corporal

Las cremas y lociones corporales han formado parte de nuestra vida desde nuestro nacimiento. A poco que hagamos un pequeño ejercicio de memoria recordaremos las famosas latas azules o los botes de la body milk de Nivea en los aseos de todas las casas; a esos recién papás y mamás poniéndole amorosamente la loción hidratante a su bebé después del baño… Porque, al igual que cuidamos la piel del rostro, somos conscientes de la importancia de no descuidar la del cuerpo. Sin embargo, para tratar la primera escogemos cuidadosamente los productos y para el cuerpo, ¿qué usamos? La abundancia y variedad de cremas y lociones nos confunde haciéndonos creer que cualquier tipo de hidratante es bueno para nuestra piel. Y así optamos por crema o leche corporal de forma indistinta. Primer error, porque las propiedades y, por tanto, los efectos, de una y otra son diferentes. A continuación te explicamos las diferencias entre crema hidratante y leche corporal y cuándo está especialmente recomendado el uso de una u otra. 

Distinta proporción entre aceite y agua

Esta es la mayor de las diferencias entre crema hidratante y leche corporal. De ahí sus distintas consistencias y viscosidad, y sus diferentes aplicaciones, aunque en principio puedan parecer lo mismo. 

La leche corporal tiene más proporción de agua, para ser menos oclusiva y extenderse mejor por la piel. Su consistencia es menos viscosa, más líquida y fluida.

En la crema corporal, sin embargo, los protagonistas son los aceites, de ahí su sensación más grasa y espesa, que deja un tacto más pegajoso, dada su mayor viscosidad y consistencia. 

En esencia, son dos productos que tienen mucho en común, pese a sus diferentes tipologías de ingredientes. Aunque conviene matizar que la mayoría de las leches corporales suelen incorporar componentes antioxidantes, antiinflamatorios y calmantes, que no todas las cremas hidratantes contienen, dado que la finalidad de estas últimas es únicamente hidratar. 

Untuosa no es lo mismo que efectiva

En línea con lo anterior, es importante ir desterrando el mito de que las leches corporales están especialmente indicadas para las pieles normales y grasas –al ser menos viscosas y tener más agua y menos aceites– y las cremas hidratantes para pieles muy secas, sensibles o dañadas, con la falsa idea de que al ser más densas penetran mejor en la capa más profunda de la piel. 

La función específica de todas las hidratantes corporales es mantener el grado óptimo de humedad de la piel, para evitar la sequedad de la misma y sus consecuencias –tirantez, escamosidad, picores…–, manteniéndola nutrida y suave al restablecer su equilibrio cutáneo aportándole los lípidos perdidos a lo largo del día, bien por exposición a agentes externos o al simple roce de la ropa. 

Lo que se olvida a menudo es que la piel del cuerpo está sometida al peso de la gravedad, lo que unido a los cambios por la pérdida de colágeno, favorece la flacidez y el descolgamiento. Y en este sentido, la ligereza de la leche corporal, al estar enriquecida con ingredientes seleccionados concebidos para ser absorbidos rápidamente, permite añadir en su composición agentes reafirmantes, anticelulíticos, antiestrías y antienvejecimiento en mayor concentración que en las cremas hidratantes.  

La nueva Leche Corporal ecológica Hidratante y Regeneradora de UANA Cosmética

Concebida para todo tipo de pieles, pero especialmente para las más secas y sensibles, en UANA Cosmética estrenamos una loción corporal hidratante en textura de leche, que contribuye a hidratar, reparar y regenerar la piel, nutriéndola de forma completa y duradera. Gracias a su textura ligera se funde muy fácilmente, dejando un tacto suave y aterciopelado. 

Nuestra leche corporal no solo rehidrata, sino que también contribuye a la elasticidad y tonificación de la piel, mejorando sustancialmente su aspecto, gracias a: el alto contenido en vitamina C y E que aportan los aceites naturales de aguacate y de semillas de jojoba y que se traduce en firmeza, menos estrías y celulitis; las propiedades regenerativas y antisépticas de la camomila, que además de hidratar y nutrir, restablece el pH de la piel corporal –ligeramente más ácido que el del rostro–; y las múltiples bondades nutritivas y curativas del aloe vera, que hidrata en profundidad, dejando la piel fresca y renovada. 

Guarda la crema hidratante para zonas sensibles

¿Nuestro consejo final? La hidratante corporal, cuanto más fluida y menos viscosa, mejor. Y más si la leche corporal incorpora activos añadidos, además de los puramente hidratantes. Eso no significa que deseches tu crema hidratante habitual, pero reserva ésta para zonas más delicadas del cuerpo, como codos y talones, donde si la piel está extremadamente seca o dañada, la aplicación de la leche corporal no será suficiente.

3 Comentarios

  1. […] Lo siguiente es hidratar, hidratar e hidratar. A diario, tras la ducha, y mejor con leche corporal que con crema. Ya os explicamos que la crema es más untuosa por su alto contenido en aceites, pero untuosa no es sinónimo de efectiva. […]

  2. […] Lo siguiente es hidratar, hidratar e hidratar. A diario, tras la ducha, y mejor con leche corporal que con crema. Ya os explicamos que la crema es más untuosa por su alto contenido en aceites, pero untuosa no es sinónimo de efectiva. […]

  3. […] del calor y del exceso de temperatura. En verano descartamos totalmente los aceites y a poder ser las cremas, mucho más oclusivas, y optamos por la leche corporal por ser más humectante, logrando contribuir […]

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